Este poema he querido hacerlo en tres partes. Como indica su título, es la transición que ocupa el lugar posterior a la asfixia. No hace falta decir más que lo que en él digo:
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I
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Ante la pared me quedo sentado
inmóvil mientras pasa y pasa el tiempo
vil por las ataduras de mi cuerpo
por débil alma a él encadenado
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Intento encontrar sosiego en mi estado
buscando en el interior de mi alma
observándolo atento y con más calma
Comparo con este mundo enredado
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la oportunidad de cumplir el sueño
con su antítesis: este mismo mundo
que arrasa y destruye año tras año
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con sus armas pareciendo tan bueno
pero siendo letal con su vil enredo
e invencible con su perfecto juego.
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II
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Continúo atento y quieto, esperando
que un lucero aparezca y que me guíe
de entre la sabana árida e impasible
e ilumine mis ojos cansados.
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Exprimo sensaciones y abro sentidos
a frutos salvajes y a cosas simples
dándome lugares sin sombras tristes
regalándome calma y dándome olvidos
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siendo un pequeño escudo en mi defensa
ante grandes llamas de un mundo opresor
siguiendo sin cese su negra ofensa
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que ante esta humilde y breve experiencia
cada vez más su daño será menor
y aún si no, al menos dejo esta herencia.
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III
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Pese a eso en el tiempo me resguardo
en esto y en Él ahora pensaré
con ello y lo dicho un camino construiré
en avance y en lucha mientras tanto
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pues ni en infiernos todo está sentenciado
ni mi mente me permite me escape
abandonando este mundo del Hades
y así sé que aún no estoy acabado
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pese a seguir enterrado en nostalgia
y aún a estar lleno de lo llamado «spleen»
perdido y cautivo en mares de rabia
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Permanecer en sueños cada dia
sentir, plasmar y perdurar sin fin
será alivio en esta inestable via.
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